Durante los últimos tiempos se han utilizado siempre tapones de corcho natural para envasar, enviar y presentar el vino a los consumidores, y sin embargo hacia los años 90 se popularizó la creencia de los problemas asociados al corcho, como que deja sabor en el vino, y esto animó a los productores a buscar una innovación, tapones alternativos, como sintéticos, o de rosca... y aunque la cuota de mercado ha variado algo desde mediados de los años 90, los tapones de corcho aun representan el setenta por cierto de todos las millones de botellas de vino producidas al año. La razón es que la industria corchera ha reaccionado mejorando la fiabilidad en el suministro de corchos sin contaminación en los últimos años, lo que ha frenado el cambio hacia tapones de rosca o sintéticos. Sin embargo la facultad de enología de burdeos y el departamento de i+d de Amorim han hecho numerosos estudios sobre las propiedades de los distintos tapones, especialmente determinando la capacidad de transmisión de oxígeno y evaluando su impacto en el sabor, color, olor, y alteración en el propio vino después del embotellado. La conclusión fue que la tecnología del tapón juega un papel esencial para que la calidad del vino sea óptima para el consumidor más exigente
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario